11 de septiembre de 2010

Nos hacen mayores


Copo;
Por todos es bien sabido que la voz popular (para los latinos vox populi) que los niños envejecen a los mayores. Y yo no me lo creía, que conste... Pero sinceramente pienso que eso se debe a la soberbia de mi tierna juventud. Y es que a mis diecinueve años no pensaba que mi hermana me catapultaría a la vejez... me explicaré:

Hoy mi cándida hermana ha invitado a su amiga del alma a pasar el fin de semana con nosotros. Hasta ahí todo bien. Lo cierto es que se llevan genial, tienen la misma edad y cuando su amiga está mi hermana no busca entretenimiento tocando narices ajenas... me voy por las ramas. Resumiendo, que hoy mi sister y su best friend estaban dormían juntas en casa. Cuando el galán nos ha dejado en casa a mi hermano y a mí después de cenar con unos amigos, me he encontrado que mi hermana y su amiga estaban en plena farra.

Genial. Dos preadolescentes en potencia de 10 años a pleno griterío a medianoche... ¿qué narices se supone que una hermana mayor debe hacer en tales circunstancias? ¿Pegar cuatro voces o (por el contrario) ir de hermana súpermegaguai? Obviamente, para mantener mi reputación entre las amiguitas de mi sister, opté por la segunda.

Así que me desenfundé los zapatos, me senté en el colchón del suelo y le di al palique. Respondí a preguntas tan inverosímiles como "¿Por qué las niñas de 6º cuando pasan a 1º de ESO se vuelven góticas?". Al cabo de la hora me despedí repartiendo besos y abrazos, deseando buenas noches y apagando luces. Ah, también me suplicaron que por favor, si es posible, que mañana les despertara el galán "cuando venga para desayunar, que es muy mono y muy cariñoso" (¿?).

Al minuto y medio ya tenía la verbena otra vez al fondo del pasillo. Y les he espetado un buen "Shhhhhht" de mis tiempos de bibliotecaria (oh, qué lejos quedan...). Y así varias veces, no se crean. Al final me he liado la manta a la cabeza y les he dicho que hasta aquí podíamos llegar, que ya estaba bien de tanto sarao y que mañana sería otro día. Y sí, he pronunciado la frase lapidaria de la semana: "Como os tenga que volver a llamar la atención, una se va a mi cuarto a dormir y yo me vengo aquí y santas pascuas, oye".

Y sí, ha habido silencio en la sala... ¡pero a qué precio! Sintiéndome una señora malvada que arruina la diversión... Arj, ¡si hace nada yo estaba al otro lado! Nos hacen mayores, señores, nos hacen mayores.


P.D.: Siempre me ha encantado que el 11 de septiembre sea fiesta en Catalunya. Pero que caiga en sábado es algo bastante puñetero...

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